Dicen que la esencia de la vida son los momentos, esas ocasiones de la vida que jamás se olvidan y tus retinas guardan para toda una vida, ese instante que para el tiempo y un par de segundos compensa todo por haber vivido aquello. Una palabra, un abrazo, un atardecer en una playa perdida, el beso de alguien al que quieres mucho o ver nacer una nueva vida. Pero yo no estoy de acuerdo, para mí lo bonito de esos momentos es con quien los vives, la persona o personas que están a tu lado son las que los hacen diferentes, inmortales y muy hermosos. La esencia de la vida son los amigos y ellos te la alegran cada día, mentiroso el que dijo que los verdaderos amigos se ven en los malos momentos, yo los quiero en los buenos, riéndose conmigo y haciendo de esta injusta vida algo que me gusta. Si me no están los amigos nada es lo que es. Mi Semana Santa es mi semana mayor porque están mis amigos, yo sé hacerme la ropa muy bien, quizás mucho mejor que mi amigo pero a mí me la hace y me la tira mi amigo. Mi trabajadera no es mi trabajadera si mi compadre no me fija o va en el costero de atrás. Los amigos no son el principio de los pasos, aquí cada uno llega como buenamente puede pero sí son el final, es lo que le da sentido a los pasos, ayudar al compañero dentro y fuera del paso, porque siempre acaba convirtiéndose en tu amigo. Si eso no es la fe, vengan ustedes y me lo cuentan. Como he oído a muchos costaleros decir, “los amigos en un paso son la vida” o “mis amigos no están en el paso, son el paso”; lo bonito no es el solo de una marcha cuando rompe, lo bonito es saber que cuando rompe saldrás de frente con tus amigos…pase lo que pase tos´ por igual. Así lo dice la sevillana: “…a ti te voy a pedir, salud pa tos mis amigos, que siempre estén junto a mí, que si no están los amigos, que si no están los amigos, es como si le faltara la primavera al camino”.Manuel Gil Gutiérrez
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