¿ Y sí es de Algeciras?
Suena el despertador en el Hotel Colón, aún es muy temprano pero los nervios no dejan dormir más, conforme se va levantando comienza a soñar despierto. A pesar de tener en la cabeza cada noche este momento aún no sabe cómo afrontarlo. Las dudas en cuanto al sorteo son habituales pero hoy más. ¿ Cuál echo primero el más grande o el pequeñito que tiene mejores pitones?. Ni siquiera comes y ya estas amarrándote los machos. El viaje en la furgoneta una tortura y el paseillo un camino hacia el calvario. No disfrutas de la plaza ni del ambiente, sólo piensas en ese segundo de la tarde y triunfar. Suenan clarines sin timbales y salta al ruedo desde toriles el novillo, jabonero y buena presencia. No entró bien al capote y tonteó con el caballo pero dos buenas series de derechazos hicieron que la Banda de Tejera sonara por primera vez en la Maestranza. Lástima que la espada no acompañase al mérito de tu faena y te privara de un trofeo. Bueno, no pasa nada, arriba esos ánimos en el quinta irá todo mejor, te aconseja el mozo de espadas desde el callejón mientras repasas en la cabeza en qué has fallado. Sale el segundo de tu lote, el único novillo negro de la tarde, él tiene que ser el especial, el soñado, pero no apunta muchas maneras. Está bastante distraído en el capote y El tomate de Jerez, tu subalterno, te comenta : "esta cortito de pitones aunque tiene fuerza y recorrido". Con los primeros lances bajos suenan los primeros olés de la plaza y con dos series de buenos derechazos volviste a meterte en el bolsillo a los tendidos y nuevamente sonó otro pasodoble en el coso baratillero. Y ahí, justo ahí desataste la tempestad de tu arte. La primera tanda de naturales para el recuerdo, acariciendo tu muleta suavemente y acompasada por el albero maestrante, levantando esos "bien" de Sevilla que tanto cuestan. Todo marchaba según el sueño pero un desarme al pisar el toro la muleta cortó la fena y la música. Sacaste valor y casta y te lanzaste a por él dando rienda suelta al delirio y locura de tu mano izquierda que rindieron por terecera vez a público y Banda de Tejera, que no muy acostumbrado a estos brotes de arte volvió a acompañar tu faena. El cuadro pintaba colores añejos, se vieron tintes antiguos en una poderosa mano izquierda suave al natural y pases casi olvidados ceñidos al cuerpo y sobre la cabeza, de toreros de otro tiempo. Grande tu gesta en tan difícil arena pero esto no vale nada sin el estoque y como no pudo ser de otro modo, descubriendo tu pecho grana y oro en esta tarde fuiste a por todas. El momento de la verdad le bautizaron y lo que realmente fue cierto sería esas lágrimas en cuanto viste que había entrado hasta la bola, que era realidad, que tenías en tu mano el triunfo. Los tendidos se escondieron bajo el mar blanco que aclamaba tus trofeos y sólo se te concedió uno, injusto para la mayoría que pedía el segundo. Eso ya no importa has triunfado igualmente. Mientras abandonas la plaza te fundes en un emotivo abrazo con este que escribe, un saludo de viejos amigos y de satisfacción por el trabajo bien echo. Disfrútalo que lo mereces y esta noche suéñalo de verdad que se ha cumplido, un abrazo Salvador Barberán. Manu Gil.
Suena el despertador en el Hotel Colón, aún es muy temprano pero los nervios no dejan dormir más, conforme se va levantando comienza a soñar despierto. A pesar de tener en la cabeza cada noche este momento aún no sabe cómo afrontarlo. Las dudas en cuanto al sorteo son habituales pero hoy más. ¿ Cuál echo primero el más grande o el pequeñito que tiene mejores pitones?. Ni siquiera comes y ya estas amarrándote los machos. El viaje en la furgoneta una tortura y el paseillo un camino hacia el calvario. No disfrutas de la plaza ni del ambiente, sólo piensas en ese segundo de la tarde y triunfar. Suenan clarines sin timbales y salta al ruedo desde toriles el novillo, jabonero y buena presencia. No entró bien al capote y tonteó con el caballo pero dos buenas series de derechazos hicieron que la Banda de Tejera sonara por primera vez en la Maestranza. Lástima que la espada no acompañase al mérito de tu faena y te privara de un trofeo. Bueno, no pasa nada, arriba esos ánimos en el quinta irá todo mejor, te aconseja el mozo de espadas desde el callejón mientras repasas en la cabeza en qué has fallado. Sale el segundo de tu lote, el único novillo negro de la tarde, él tiene que ser el especial, el soñado, pero no apunta muchas maneras. Está bastante distraído en el capote y El tomate de Jerez, tu subalterno, te comenta : "esta cortito de pitones aunque tiene fuerza y recorrido". Con los primeros lances bajos suenan los primeros olés de la plaza y con dos series de buenos derechazos volviste a meterte en el bolsillo a los tendidos y nuevamente sonó otro pasodoble en el coso baratillero. Y ahí, justo ahí desataste la tempestad de tu arte. La primera tanda de naturales para el recuerdo, acariciendo tu muleta suavemente y acompasada por el albero maestrante, levantando esos "bien" de Sevilla que tanto cuestan. Todo marchaba según el sueño pero un desarme al pisar el toro la muleta cortó la fena y la música. Sacaste valor y casta y te lanzaste a por él dando rienda suelta al delirio y locura de tu mano izquierda que rindieron por terecera vez a público y Banda de Tejera, que no muy acostumbrado a estos brotes de arte volvió a acompañar tu faena. El cuadro pintaba colores añejos, se vieron tintes antiguos en una poderosa mano izquierda suave al natural y pases casi olvidados ceñidos al cuerpo y sobre la cabeza, de toreros de otro tiempo. Grande tu gesta en tan difícil arena pero esto no vale nada sin el estoque y como no pudo ser de otro modo, descubriendo tu pecho grana y oro en esta tarde fuiste a por todas. El momento de la verdad le bautizaron y lo que realmente fue cierto sería esas lágrimas en cuanto viste que había entrado hasta la bola, que era realidad, que tenías en tu mano el triunfo. Los tendidos se escondieron bajo el mar blanco que aclamaba tus trofeos y sólo se te concedió uno, injusto para la mayoría que pedía el segundo. Eso ya no importa has triunfado igualmente. Mientras abandonas la plaza te fundes en un emotivo abrazo con este que escribe, un saludo de viejos amigos y de satisfacción por el trabajo bien echo. Disfrútalo que lo mereces y esta noche suéñalo de verdad que se ha cumplido, un abrazo Salvador Barberán. Manu Gil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario