AL FÍN, PENTECOSTÉS
“ Una gorra y unas zapatillas y se echó al camino….así comienza la historia. Año tras año son miles los peregrinos que dejan su vida aparcada unos dias para buscarla a ella y posiblemente para encontrarse a ellos mismos. Les habla uno que no es rociero, que nunca lo ha sido y este fin de semana verá si se convierte o no a la fe rociera. Son tantas los cosas que uno escucha sobre el camino, su gente, su fe y sobre todo esas vivencias que uno con los ojos abiertos oye repetidas veces a sus juglares soñando ser protagonista de ellas algún día. Son tantas las sevillanas que una y otra vez he cantado sobre ti, de tu cara, de tus arenas, de tus ojos, de tu niño, de tu reja. Quiero sentirlas, hacerlas mías y cantartelas a ti, a tus plantas. Un buen amigo me cantó una sevillana que recuerdo constantemente en estos días, un fragmento de ella: “… te espero en el Ajolí, pa´que conozca a mi gente y lo grande que es su fe…”. Hoy me he tomado la libertad de hablar de mi. (Hasta aquí lo escribí antes de ir al Rocío, lo siguiente que lean lo escribo a lunes de Pentecostés, estando de ya de vuelta). ¡Y qué grande es su fe! No existe igual a palabras de las cosas que he vivido en la marisma, es imposible plasmar los sentimientos. No sé cómo escrbir presentarme ante ti con la hermandad de mi pueblo, con mi gente. Pedirte salud pa´ los míos y sobre todo porder ir a verte el año que viene. Dicen que el Rocío es sólo “mentira y vanidad” y no es así, lo dice uno que estuvo allí. Cada sevillana es una oración y cada abrazo con un amigo una muestra de tu amor y generosidad. Su gente es humilde y servicial, nada sobra pero en casa casa nunca falta nada por el recién llegado, o un buen peregrino. Tengo grabado en la memoria el paso ante mis ojos de la Hermandad de Bruselas, no eran mas que medio centenar los que acompañaban a su estandarte porque no tenían ni carreta, pues a ella fue a la que más sevillanas se cantaron y más emoción despertó en éste que escribe. Por todo eso y mucho más que mo tengo palabras para expresarte muchas gracias Rocío porque me has enamorao´ y porque quiero volverte a ver… “no me muero sin tener una choza en el Rocío”.
“ Una gorra y unas zapatillas y se echó al camino….así comienza la historia. Año tras año son miles los peregrinos que dejan su vida aparcada unos dias para buscarla a ella y posiblemente para encontrarse a ellos mismos. Les habla uno que no es rociero, que nunca lo ha sido y este fin de semana verá si se convierte o no a la fe rociera. Son tantas los cosas que uno escucha sobre el camino, su gente, su fe y sobre todo esas vivencias que uno con los ojos abiertos oye repetidas veces a sus juglares soñando ser protagonista de ellas algún día. Son tantas las sevillanas que una y otra vez he cantado sobre ti, de tu cara, de tus arenas, de tus ojos, de tu niño, de tu reja. Quiero sentirlas, hacerlas mías y cantartelas a ti, a tus plantas. Un buen amigo me cantó una sevillana que recuerdo constantemente en estos días, un fragmento de ella: “… te espero en el Ajolí, pa´que conozca a mi gente y lo grande que es su fe…”. Hoy me he tomado la libertad de hablar de mi. (Hasta aquí lo escribí antes de ir al Rocío, lo siguiente que lean lo escribo a lunes de Pentecostés, estando de ya de vuelta). ¡Y qué grande es su fe! No existe igual a palabras de las cosas que he vivido en la marisma, es imposible plasmar los sentimientos. No sé cómo escrbir presentarme ante ti con la hermandad de mi pueblo, con mi gente. Pedirte salud pa´ los míos y sobre todo porder ir a verte el año que viene. Dicen que el Rocío es sólo “mentira y vanidad” y no es así, lo dice uno que estuvo allí. Cada sevillana es una oración y cada abrazo con un amigo una muestra de tu amor y generosidad. Su gente es humilde y servicial, nada sobra pero en casa casa nunca falta nada por el recién llegado, o un buen peregrino. Tengo grabado en la memoria el paso ante mis ojos de la Hermandad de Bruselas, no eran mas que medio centenar los que acompañaban a su estandarte porque no tenían ni carreta, pues a ella fue a la que más sevillanas se cantaron y más emoción despertó en éste que escribe. Por todo eso y mucho más que mo tengo palabras para expresarte muchas gracias Rocío porque me has enamorao´ y porque quiero volverte a ver… “no me muero sin tener una choza en el Rocío”.
2 comentarios:
Como vuelven las golondrinas en primavera, yo volvere Rocio, por las arenas.
Recuerdos que quedan estancados en mi memoria, al son de sevillanas y popurri de rumbas.
Una familia de Cordoba dandonos una memorable acogida y aun mas emocionante despedida ...
Dificil expresar con palabras la sensacion que se experimenta al disfrutar con un amigo de esa manera.
Eso se siente se siente con los cinco sentios, con los cinco sentios, eso se llama se llama : Rocio!
fofi poeta
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